Sobre mi
Cómo construí mi ABRAZO SAGRADO
Hola, soy María Paz, @pazdemandala en las redes sociales, y quiero invitarte a un camino de restauración y reconciliación con tu historia personal y familiar. Todos tenemos eventos dolorosos en nuestras vidas. Todos tenemos historias que en algún momento hemos pensado que hubiese sido mejor no haber vivido. Y hoy te quiero contar un poco más de mi historia:
Por mucho tiempo pensé que había algo mal en mí. Algo que atraía a personas que se sentían con el derecho de abusar de mí. Pero eso era algo tan malo, pensaba, que ni siquiera podía nombrarlo. Sabía que algo me había pasado, pero no sabía qué. Muchas veces dudaba de mí: ¿me habrán hecho algo? ¿O tal vez esta sensación me la estoy inventando? ¿Y qué es esta ira que siento? ¿Y por qué nadie más está enojado? ¿Por qué mantengo distancia con las personas, por qué me cuesta tanto estar con otros?
Fui abusada reiteradamente por dos hombres a muy temprana edad. No sé qué edad tenía; durante mucho tiempo me conté a mí misma que había ocurrido entre los 6 y 10 años, pero en una regresión me vi mucho más chica, tal vez 4 ó 5 años. Uno era un padre de familia, amigo de mis papás, una persona que se suponía era de confianza. Otro era un familiar cercano, alguien que yo veía que era querido y reconocido por los mayores. Y yo era una niña tímida, muy sensible, que no entendía la incomodidad que sentía cuando esas personas estaban cerca mío.
Cuando por fin pude decirme a mí y a otros que había sido abusada dejé de confiar. Fue algo que hoy describo como una fractura fundamental con mi entorno. Me vestí con una armadura impenetrable y dejé a muy pocas personas entrar. Me disfracé de invulnerable y me convertí en una isla extraña para muchos. Me quedé un poco sola, una rebelde me decían. Estaba muy enojada con el mundo y me costó años entender que lo que más me dolía era lo que yo había vivido como una traición: sentía que no me habían cuidado.
Viví muchos años de psicoterapia, durante los cuales transité por varios episodios de trastornos alimenticios y algún diagnóstico psiquiátrico. Me fui a vivir una larga temporada con mis sombras y, en varios sentidos, el arte y la danza que me acompañaron desde muy temprana edad me salvaron. Porque a través de ellas me conectaba con mi luz, esa que nacía en mi plexo y que pensé que me habían robado: me refiero a la autoestima y la autoconfianza.
Mi viaje ha sido largo: los últimos veinte años me he dedicado a recorrer mi ruta de autoconocimiento y aceptación. Hoy puedo decir que el día que dejé de victimizarme fue el día en que comencé a rehabilitar mi poder personal. También fue el día en que fui capaz de resignificar mi historia: reescribirla para poder rediseñar mi destino. Por supuesto, no ocurrió en un día ni en dos. Fue un proceso largo y poético, creativo y reparador, donde comprendí que mi historia, con todas sus sombras, es SAGRADA. Porque todo, absolutamente todo me sirvió, porque hoy la que está acá escribiendo, es el producto de ese pasado. Honro mi pasado y doy gracias gracias gracias, porque gracias a mi historia yo soy.
Hoy puedo abrazar mi historia con amor. No dejo nada ni nadie afuera. He trabajado sin prisa, pero sin pausa, en este ABRAZO SAGRADO. Y hoy quiero acompañarte a ti también a que abraces tu historia, con todas sus luces y sombras.
Todo lo que hago tiene que ver con mi historia. Y todo lo que dejé de hacer (mi profesión, por ejemplo), lo solté porque me di cuenta que tenían más relación con mi ego herido que con mi viaje de alma. Y que esas heridas podían sanar si me dedicaba a ello.
En esta página vas a encontrar lo que he llamado la RUTA MANDALA HACIA LA PAZ. A través de la Terapia con Ancestros o Ancestrología, la sonoterapia, la escritura meditativa y el movimiento consciente, te invito y te acompaño en tu propio recorrido hacia la restauración de tu historia de vida, para que crees tu propio MANDALA hacia la PAZ.
TE ESPERO