Registro poético.
Hoy quisiera compartir un ejercicio escritural y poético que puse en práctica a propósito de mi relación con mi madre. En realidad, acá hay mucho más que mi relación con mi mamá: acá está la relación de mi madre con la suya y, mientras escribía, supe que había un largo linaje presente en estas palabras. Muchas veces cargamos con sensaciones que no se condicen con nuestra realidad: percepciones incluso preverbales de origen ignoto que acarreo y afectan mis relaciones. Este escrito es mi puesta en práctica de la escritura meditativa y creativa en pos de sanar mi linaje femenino.
Que así sea, así es y así será.
Suelto y confío, suelto y confío. Suelto y confío.
Con amor, Paz
En qué estaba pensando, madre
O mi intento poético de volver a ti
En qué estaba pensando cuando tomé este cuerpo, justo antes de ser arrojada al mundo y entrar en picada cruzando la atmósfera; qué sentía cuando pulvericé el océano y me introduje en el vórtice del deseo, a cambio de vaciarlo y olvidarlo todo. Qué impulso desconocido para elegir estos ojos y ubicarlos en las cuencas que son cuásares que todo lo devoran. Porqué estas manos tan grandes y ansiosas que quieren tocarlo todo, que abrazan y anhelan, que rechazan y aman. Porqué este ombligo unido al tuyo -madre- que nutriste y me hizo crecer tanto hasta desbordarte y rasgar tus pieles, hasta abrirme camino entre tus piernas para llegar por fin a habitarme como hija -tuya- con mis ojos, mis manos, mis oídos insaciables. Y este sexo que sangra y que me hace tan
Cuestionable
Vulnerable
Deseable
Repudiable.
Qué conversación habré tenido con galaxias y nebulosas, los gusanos que surcan la bóveda oscura sobre la cabeza, para decidirme por estas vestiduras y llegar a mí. Y qué se supone que tengo que aprender en esta escuela, tan venida a menos, que se destroza por todos lados, que se destiñe y se enferma de tanto abuso, donde el bosque muere, el agua enferma, el aire se acaba, la tierra se seca.
En qué estaba pensando, madre.
En qué estaba pensando cuando te negué esa noche
Y la noche siguiente
Y la siguiente
Y la siguiente
Y la siguiente.
Y qué hago acá ahora, sino empezar a amarte una vez más y volver a intentarlo. Y qué otra cosa sino renunciar al afán de comprender algo mientras la noche se vuelve día y yo me paro sobre estas dos piernas que caminan hacia ti.
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